Friday, December 23, 2005


Quien me dijo aquella noche que entre más madura más interesante no mentía. Lo supe el día que la vi por primera vez- es decir con ojos diferentes- pues crecí con su imagen sin descubrir su belleza.
Pero despertar a la adolescencia abrió mis ojos: era una diosa, era el sueño de mi adolescencia briosa.Sus piernas largas y de contornos perfectos, estilizadas, se movían al ritmo de la pasión, su cadera ancha y cadenciosa seducía hasta al más conservador. su abdomen era plano y las figuras de sus músculos se dibujaban con delicadeza. Los senos tenían la medida perfecta como esculpidos por las manos de Dios mismo...y su rostro, como robado a un bello demonio, causaba el deseo de cuantos la veían.
Nadie diría que celebraba sus cincuenta, quien podría sospecharlo. En verdad, fue entonces cuando decidí lo que quería hacer con mi vida: convertirme en una barbie de colección.

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