una determinacion

Una vez cómodo en su asiento comenzó a mirar detenidamente a su acompañante. De pronto un pensamiento perverso inundo su razón, sin embargo, no lo podía detener, de lo contrario nunca superaría su condición.
Aprovechando un cruce de miradas con su vecina de asiento, respiro profundo, eligió las palabras adecuadas (según el) y dijo:-“que hermosos pechos tienes.
”La mujer levanto su mano y la dejo caer sobre la mejilla derecha de Jaime. La cachetada se escucho en toda la micro. Aunque trato, pero no pudo, reprimió su queja, el plan había fallado.
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